Aproximadamente un 95% de españoles consideramos la vista como nuestro sentido más importante. Lo cual es normal si tenemos en cuenta que gran parte de la información sensorial nos llega a través de los ojos. Es decir que lo que percibimos, recordamos y comprendemos depende en gran medida de nuestro sistema visual.
Está claro que el sentido de la vista y el estado de nuestros ojos son muy importantes para la mayoría de nosotros. Sin embargo, en muchas ocasiones no le prestamos la atención que se merecen y es cuando aparece un problema ocular o notamos disminuida nuestra capacidad visual cuando nos preocupamos y acudimos al oftalmólogo. Sin embargo, si tenemos en cuenta unas sencillas pautas podemos prevenir problemas oculares y preservar nuestra salud visual. Entre ellas:
- Evitar pasar mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador y de dispositivos móviles (smartphones, tabletas, e-readers, etc.),
- Usar gafas de sol para proteger los ojos de la radiación UV
- Aprender a relajar la vista
- Llevar una alimentación sana y equilibrada rica en frutas y verduras
- Realizar revisiones periódicas en la Clínica Oftalmológica.
Para mantener nuestra visión y salud ocular en buen estado debemos realizar un examen ocular cada cierto tiempo
Está claro que los problemas de visión pueden dificultarnos realizar tareas cotidianas y afectar a nuestra calidad de vida. Para mantener la salud visual en buen estado es importante realizar un seguimiento periódico de nuestro estado de visión. ¿Aunque no tengamos ningún problema de visión? Si, al menos una vez al año debemos acudir al oculista para realizar un examen visual. Esta periodicidad puede variar en función de edad, de si existe alguna patología ocular o enfermedad y de los antecedentes familiares. En caso de que tengamos cualquier síntoma o molestia ocular debemos acudir de forma inmediata a la Clínica Oftalmológica.
La mayoría de los problemas asociados a la pérdida de visión pueden evitarse con un diagnóstico y tratamiento a tiempo. Visitar al oftalmólogo una vez al año, incluso cuando no hay síntomas, es importante para poder detectar posibles problemas de forma temprana y tratarlos de forma eficaz.
Por ejemplo, en el caso de los niños son bastantes frecuentes los defectos refractivos como hipermetropía, miopía y astigmatismo. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de estos problemas visuales permite que estos defectos oculares sean corregidos a tiempo evitando daños posteriores que pueden quedar de forma permanente. Muchos problemas oculares como el glaucoma no presentan síntomas, pero su diagnóstico a tiempo hace que el tratamiento sea más eficaz. Por ello es importante acudir al oculista al menos una vez al año para realizar un examen del sistema visual y evaluar el estado de nuestra visión. Si además presentamos algún problema refractivo y usamos gafas o lentillas es imprescindible revisar la graduación de forma periódica.
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