Las conocidas como lágrimas artificiales o gotas oftálmicas consisten en una solución líquida destinada a lubricar y aumentar la humedad natural de nuestros ojos en aquellos casos en los que presenten una sequedad mayor de lo habitual.
Podemos necesitar de este producto por múltiples circunstancias y en conclusión, todo lo que aportan son beneficios pues supone dotar al ojo de la hidratación necesaria que, por una razón u otra no presenta en ese momento, evitando así picores, molestias e incluso el riesgo de infecciones u otros daños a largo plazo.
En Oftalmocor recomendamos el uso de las mismas a muchos de nuestros pacientes que se ven necesitados de ello por circunstancias muy diversas tales como:
- Tras alguna cirugía ocular o tratamiento de determinadas patologías.
- Fruto de la vejez por la sequedad propia del ojo con la edad.
- Motivada por tratamientos médicos diversos o la toma de determinados fármacos.
- Enfermedades de índole inmunológica o trastornos hormonales.
- Uso prolongado de mascarillas, muy habitual en el momento actual ya que se usan diariamente como medida preventiva contra el contagio por COVID-19.
- Exposición prolongada frente a la luz que emiten pantallas de ordenadores, móviles, etc, que motivan un cansancio ocular evidente y habitual.
- Por efecto del contacto con ambientes donde hay humos, contaminación ambiental, viento intenso, etc.
Cómo saber qué tipo de lágrimas artificiales son las mejores en cada caso.
Aunque la aplicación de las lágrimas artificiales no es una práctica que conlleve riesgo para la salud ni contraindicaciones por ello, siempre es preferible que se haga bajo el debido asesoramiento médico en función de las necesidades de cada paciente, para poder determinar la frecuencia o el tipo de producto más apropiado.
Lo más común es encontrarlas en dos formatos, bien en pequeños botes con el contenido necesario para un mayor número de aplicaciones o en recipientes monodosis de un solo uso.
En el primer formato, dado que será para uso prolongado, se integran conservantes entre sus componentes buscando así evitar el crecimiento y reproducción de bacterias una vez abierto el envase por primera vez. Esta circunstancia no tendrá repercusión si el uso de las gotas se hace de forma esporádica y no reiterada.
Por contra, en el caso del formato monodosis y dado que su vida útil será la de una única aplicación, se prescinde de conservantes y es más recomendada para una necesidad de uso muy frecuente en casos de sequedad más aguda.
Consulte siempre a los profesionales de Oftalmocor si tuviera que hacer uso de lágrimas artificiales tanto de forma circunstancial como habitualmente, pues sabremos qué tipo y modalidad será la más recomendable en su circunstancia personal.
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