Hoy abordamos la importancia de las revisiones oftalmológicas no sólo por el seguimiento de patologías o el estado general de la salud de nuestra visión, sino igualmente por el importante y decisivo papel que juega como la mejor fórmula para la detección precoz de cualquier anomalía y su tratamiento lo antes posible.
En Oftalmocor mantenemos con nuestros pacientes una relación directa y personalizada que determine de forma individualizada las necesidades de seguimiento y posible intervención, siempre adecuadas a cada caso en concreto.
Revisiones oftalmolófgicas: la mejor garantía de una buena salud visual.
Es un error muy frecuente pensar que debemos asistir a consulta oftalmológica para una valoración de nuestra capacidad y estado general de la visión cuando ya nos acercamos a una edad en la que las facultades y capacidades comienzan a ir mermando aunque sea de forma leve y ralentizada.
En otras ocasiones sólo anticipamos esa visita ante signos evidentes de algún problema, molestia o dificultad, independientemente de la edad que tengamos.
Hoy queremos resaltar la importancia de planificar unas correctas y debidas revisiones oftalmológicas desde la infancia y durante toda nuestra vida, ya que, como hemos avanzado al inicio, la detección precoz es un arma de vital importancia.
Edad infantil: Lo normal es acudir a partir de los 4 años para una revisión general de la capacidad visual del niño/a, aunque debemos estar atentos a síntomas y comportamientos que puedan indicar una necesidad de valoración anterior a esta edad.
Algunas de estas señales de alarma pueden ser: desviación de un ojo (estrabismo), pupilas blancas, movimientos repetitivos e incontrolados de los ojos, cefaleas, acercarse en exceso a los libros e imágenes, o factores hereditarios como la miopía en alguno de los progenitores.
Edad adulta: Las personas aquejadas por alguna patología visual ya detectada seguirán la pauta de revisiones y control que haya establecido para ello el especialista que lo esté tratando.
Si no estamos en ese caso, es recomendable una revisión anual a partir de los 35 o 40 años para trabajar la prevención a la que tanta importancia hemos dado desde el inicio de este artículo. Los especialistas pueden determinar si hay alguna deficiencia en fase inicial e incipiente como por ejemplo la presbicia o vista cansada, propia de adentrarnos en una franja de edad plenamente adulta.
Otras dolencias de mayor complicación como el glaucoma, desprendimiento de retina, ojo seco o la degeneración macular entre otras muchas, precisan para una pronta y más efectiva intervención de esas revisiones periódicas que nos ayuden a retener su avance y consiguiente complicación.
Pida cita en Oftalmocor para esas tan vitales revisiones oftalmológicas que serán sin duda la clave para mantener y alargar la salud de su visión.
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