Los problemas de visión más comunes tanto en adultos como en niños son los defectos refractivos, es decir, la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. A estos se les suma la presbicia o vista cansada, que suele manifestarse a partir de los cuarenta años.
En numerosas ocasiones, las personas que acuden a nuestra Clínica Oftalmológica con visión borrosa o incomodidad visual presentan algún tipo de defecto refractivo. Los errores de refracción se producen cuando la luz no se enfoca exactamente en la retina, sino delante o detrás de la misma, provocando una visión borrosa. Esto puede ser debido a una alteración en la longitud del ojo (globo ocular más largo o más corto de lo normal), la forma de la córnea, o por un envejecimiento del cristalino, la lente natural del ojo.
Tipos de defectos refractivos
Los defectos refractivos se pueden presentar aislados o combinados. Por ejemplo, es frecuente que el astigmatismo vaya asociado a miopía o hipermetropía.
- Miopía: se produce cuando la luz se enfoca antes de llegar a la retina. Se suele ver bien de cerca y los objetos lejanos se ven borrosos.
- Hipermetropía: en este caso la imagen se enfoca detrás de la retina. Se suele manifestar por una mala visión de cerca. Aunque cuando la hipermetropía es alta la visión puede ser borrosa tanto de lejos como de cerca.
- Astigmatismo: en este caso se manifiestan dificultades en la visión tanto de lejos como a corta distancia.
- La presbicia o vista cansada se suele manifestar a a partir de los 40 años. Se produce como consecuencia de la pérdida de elasticidad de cristalino, lo que dificulta el enfoque de los objetos cercanos. La presbicia es una consecuencia natural del envejecimiento del ojo y afecta a prácticamente a toda la población adulta a partir de cierta edad.
¿Cómo se corrigen los defectos de refracción?
Prácticamente todos los defectos refractivos se pueden corregir mediante el uso de gafas o lentes de contacto. En el caso de que se quiera reducir la dependencia de gafas o lentillas también se puede valorar la opción de corregir los errores de refracción mediante cirugía refractiva láser. En cualquiera de los casos es el oftalmólogo el que debe determinar si es recomendable la cirugía refractiva y seleccionar la técnica más adecuada según cada caso particular.
Ante cualquier problema visual es importante acudir al oftalmólogo. Igualmente, las visitas periódicas a la Clínica Oftalmológica son muy recomendables para poder detectar a tiempo no solo los problemas refractivos, sino también determinadas afecciones oculares como el glaucoma, la retinopatía diabética o las cataratas. Las revisiones oculares periódicas son esenciales para mantener una buena salud visual.
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