Los problemas de visión son bastante frecuentes entre la población. La mayoría de nosotros padecemos o padeceremos a lo largo de nuestra vida algún tipo de problema visual. Pero sin duda alguna, las patologías oculares que más nos preocupan son aquellas que pueden ocasionar ceguera.
Entre las principales causas de ceguera a nivel mundial se encuentran las cataratas, el glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética, el tracoma, el desprendimiento de retina y la uveítis. Dentro de las patologías oculares que pueden ocasionar ceguera se encuentran las que se pueden revertir mediante tratamientos farmacológicos o quirúrgicos como es el caso de cataratas y las irreversibles como es el caso del glaucoma, que si no se tratan a tiempo es imposible recuperar la visión perdida.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma comprende un grupo de enfermedades que provocan un daño irreversible y progresivo del nervio óptico, el cual es fundamental para la visión. El nervio óptico es el encargado de enviar los estímulos visuales que recibe la retina del ojo hacia el área del cerebro que procesa la información visual.
El glaucoma es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo. Aproximadamente 60 millones de personas en el mundo padecen esta patología ocular.
¿Por qué se produce?
El principal factor de riesgo para el desarrollo del glaucoma es la hipertensión ocular, que nada tiene que ver con la presión arterial alta. La hipertensión ocular se produce cuando la presión dentro del ojo (presión intraocular o PIO) se eleva por encima de los valores normales. Esto se puede originar por distintas causas, pero las más frecuentes son por una excesiva producción de humor acuoso (líquido que se produce en el interior del ojo) o por un drenaje insuficiente del mismo.
Una PIO alta no siempre tiene que desencadenar un problema de visión o daño en el ojo pero en determinadas ocasiones puede causar enfermedades como el glaucoma y la pérdida permanente de la visión.
Cirugía del glaucoma
El objetivo principal de la cirugía del glaucoma es reducir la presión intraocular. Cuando los tratamientos farmacológicos no funcionan o no son suficientes puede ser recomendable realizar una intervención quirúrgica para evitar la progresión del glaucoma. Existen distintas técnicas quirúrgicas para tratar esta patología ocular y es el oftalmólogo el que nos debe recomendar cual es la más adecuada según cada caso particular.
Las revisiones oculares periódicas en la Clínica Oftalmológica para, entre otras cosas revisar la presión intraocular, son fundamentales para la detección precoz de enfermedades como el glaucoma, que de no ser detectada y tratada a tiempo pueden desencadenar en una pérdida parcial o total de la visión.
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