El glaucoma se encuentra entre las principales causas de ceguera en el mundo. Sin embargo, dicha ceguera podría evitarse con el diagnostico adecuado y el tratamiento a tiempo de la enfermedad. Y, ¿en que consiste esta patología ocular? El glaucoma comprende un conjunto de enfermedades que provocan un daño irreversible del nervio óptico. Este nervio es el encargado de transmitir la información visual desde la retina del ojo hasta el cerebro por lo que, si sufre daños como consecuencia del glaucoma, puede ocasionar una pérdida gradual e irreversible de la visión.
¿Qué causa el glaucoma?
El glaucoma se caracteriza por una pérdida del campo de visión. Generalmente, esta patología ocular no presenta síntomas hasta fases avanzadas de la enfermedad.
El factor de riesgo más importante para el desarrollo del glaucoma es la hipertensión ocular. La hipertensión ocular se presenta cuando la presión del interior del ojo o presión intraocular (PIO) es superior al rango de valores que se considera normal y está por encima de 21 mm Hg. En la mayoría de los casos el glaucoma se asocia a una presión intraocular elevada, por ello, las personas con hipertensión ocular son más susceptibles de desarrollar esta patología ocular. Sin embargo, tener la presión intraocular elevada no significa tener glaucoma o que se vaya a desarrollar glaucoma, ya que no todas las personas con hipertensión ocular necesariamente van a presentar glaucoma.
¿Quién tiene más riesgo de padecer glaucoma?
Existen diversos factores de riesgo que pueden contribuir a la aparición del glaucoma. Entre ellos:
- Presentar una presión intraocular elevada.
- Personas con antecedentes familiares de hipertensión ocular o glaucoma.
- Diabéticos.
- Personas con ciertos traumatismos o patologías oculares.
- Miopes o personas con una hipermetropía alta.
- Personas mayores de 60 años.
- Factores vasculares.
- Personas de determinados grupos étnicos. En afroamericanos la incidencia del glaucoma es superior.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del glaucoma en la mayoría de los casos va dirigido a reducir la presión intraocular. Existen tratamientos farmacológicos mediante la aplicación de colirios, tratamientos con laser y quirúrgicos. Generalmente, el tratamiento quirúrgico se realiza cuando el tratamiento médico o mediante laser no son suficientes para controlar la presión intraocular o para frenar la progresión de la enfermedad.
Para el tratamiento del glaucoma es importante el diagnóstico precoz de la enfermedad. Por ello, es fundamental que las personas de riesgo y a partir de cierta edad (40 años) se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas.
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