Los problemas visuales durante la infancia son bastante frecuentes. Aproximadamente 1 de cada 10 niños desarrolla un problema ocular durante su primer año de vida; y en torno a un 40% de niños en edad escolar necesita alguna corrección óptica. Siendo las afecciones oculares más comunes en niños la miopía, hipermetropía, astigmatismo, estrabismo y ambliopatía u ojo vago.
Cuando nacemos nuestro aparato visual no está completamente desarrollado. Es necesario un periodo de maduración que también implica aprender a ver. Este periodo se prolonga aproximadamente hasta los 9 años de edad. Los problemas visuales que aparecen de forma más temprana tras el nacimiento suelen ser los que tienen mayor transcendencia. Por el contrario, conforme nos aproximamos a la etapa final de maduración del sistema visual disminuyen su importancia.
Cuando los problemas de visión en los niños son detectados y resueltos a tiempo tienen mejor pronóstico. Por ello es fundamental tener un conocimiento mínimo sobre cómo detectarlos y prevenirlos antes de que se lleguen a ser irreversibles.
¿Cómo podemos detectar problemas de visión en los niños?
Lo primero y fundamental es acudir a las revisiones periódicas con los especialistas. Cuando son bebés es muy complicado que sepamos detectar los problemas visuales y cuando son más mayores en la mayoría de los casos no son capaces de expresar qué les pasa o incluso considerar que la forma en la que ellos ven es la correcta. Por ello las revisiones periódicas del sistema óptico en niños son fundamentales.
¿Quién realiza las revisiones oftalmológicas en los niños?
Generalmente durante el primer año de vida es el pediatra el que realiza las revisiones oculares y si existe alguna sospecha de alteración en la visión o antecedentes familiares con problemas graves recomiende la visita al oftalmólogo infantil. Si las revisiones pediátricas son normales se puede esperar hasta los 3 años para comenzar a realizar revisiones periódicas por el oftalmólogo.
¿Qué otros signos nos pueden indicar un problema de visión?
- En los niños pequeños hay que observar si al jugar coge y selecciona los objetos con dificultad o tropieza mucho con los muebles al moverse por la casa.
- Si tiene problemas de aprendizaje. En la mayoría de los niños los problemas visuales van acompañados de un bajo rendimiento escolar a pesar de no tener problemas de comprensión ni dificultades de aprendizaje.
- No alcanza las habilidades de lectura propias del promedio de niños de la misma edad y nivel escolar.
- Si fruñe las cejas y parpadea de forma excesiva cuando lee.
- Se fatiga de forma constante o se pone nervioso o irritable cuando realiza una tarea que conlleva fijar mucho la vista de cerca.
- Escribe con mala letra y muy lento.
- Se salta palabras o letras cuando lee o escribe.
- Problemas en el lenguaje o habla que perduran con el tiempo.
- Se tapa o cierra un ojo para ver mejor con el otro.
- Se frota mucho los ojos y tiene los párpados rojos o hinchados después de leer, realizar las tareas u otras actividades que necesiten fijar la vista.
Aprender a detectar y prevenir los problemas visuales en los niños es fundamental para poder ponerle solución a tiempo y evitar problemas mayores. Además de estar alerta a los signos que puedan evidenciar algún problema ocular es imprescindible realizar revisiones periódicas en la clínica oftalmológica.
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