Un acto que puede parecer inofensivo como dormir con lentillas puede tener consecuencias graves para nuestra salud ocular. Es normal que, en alguna ocasión, nos podamos despistar y no habernos quitado las lentillas antes de una siesta o al irnos a la cama tras llegar tarde a casa, pero debemos saber que no es un acto inocuo para nuestros ojos.
Aunque también es cierto que los materiales con los que se fabrican las lentillas son cada vez más permeables, las lentillas se colocan sobre nuestra córnea de forma que impiden el acceso de las lágrimas y el oxígeno a este tejido. Tanto el efecto lubricante y antimicrobiano de nuestras lágrimas como la llegada correcta de oxígeno son fundamentales para una buena salud ocular, por ello, tras todo el día con las lentillas, nuestro ojo necesita de ese descanso, lubricación y oxigenación. Si esto lo impedimos de forma reiterada al no quitarnos las lentillas durante el sueño (cuando no las necesitamos para nada) estamos favoreciendo la aparición de lesiones en nuestros ojos.
La principales consecuencias para nuestros ojos de dormir con lentillas son:
- Enrojecimiento.
- Picor en los ojos.
- Sequedad ocular.
- Dificultad de visión (visión borrosa).
- Problemas para quitarnos las lentillas. Hay que tener en cuenta que cuando dormimos nuestros ojos no parpadean y se reduce también la lubricación del ojo y la lentilla se reseca.
Si nos hemos quedado dormidos con las lentillas no debemos retirarlas inmediatamente, aunque seguro que nos sentimos muy molestos con ellas. Tras dormir con ellas las lentillas estarán resecas y podemos dañarnos el ojo al quitarla; por tanto, debemos esperar un rato a que el ojo lubrique bien de nuevo, podemos masajear suavemente los párpados y también usar lágrimas artificiales para ayudar a retirarlas. Si nos hemos quedado dormidos con las lentillas, una vez retiradas, lo aconsejable es no usar lentillas durante ese día. Si durante unos días seguimos con molestias debemos consultar con nuestra clínica oftalmológica para que nos realicen una revisión oftalmológica.
Los que hemos comentados son problemas leves, pero pueden darse también problemas más graves como inflamaciones de córnea o queratitis, aparición de úlceras en la córnea o el desarrollo de infecciones como conjuntivitis (bacteriana o vírica). Todos estas afecciones requieren de tratamientos oftalmológicos específicos en una clínica de oftalmología.
En alguna ocasión podemos habernos despistado al echar una siesta o si hemos llegado tarde a casa y no habernos quitado las lentillas antes de irnos a dormir. Que lo hagamos una vez de forma ocasional, en principio, no causaría un problema grave; pero, ojo, no puede ser una costumbre ya que dormir con lentillas puede tener consecuencias graves para nuestros ojos.
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